Nikauris Vásquez
En esta ocasión recordaremos dos acontecimientos
que han impactado el mundo, la elección un papa un latinoamericano
el 13 de marzo del 2013, y la realización de la XXVIII Jornada
Mundial de la Juventud, que se llevó a cabo en el Continente Americano.
El argentino Jorge Mario Bergoglio,
ahora papa Francisco, desde su elección que sorprendió a
muchos por su lugar de origen, ha dado mucho de
qué hablar, pero la mayoría de las criticas han sido favorables, hasta por quienes profesan una religión diferente, y es que con su
particular modo de ser, su estilo austero, su jocosidad, sencillez, y el amor
con que acoge a quienes se le acercan, parece que se ha ganado un sitial en el
corazón de la gente.
El año pasado, más de un millón de jóvenes se dieron
cita en Brasil, el país con más católicos de
Latinoamérica, y allí, blancos, morenos, altos, bajitos, reservados,
extrovertidos, americanos, latinos, europeos y demás, participaron como
hermanos en la fe, de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que estuvo
presidida por el sumo pontífice.
En la actividad que duró una semana, el santo padre motivó a la
juventud presente en el paseo marítimo de Copacabana, a renovarse en la fe, el
amor y el servicio, instó a los jóvenes a salir a las calles,
defender sus valores, a que ¨armen un lío¨ y le muestren al
mundo con sus vidas y sus acciones la existencia de Cristo.
Este llamado que realizó el vicario de Cristo, denota la necesidad de una
juventud emprendedora, que fundamente su vida en cosas positivas,
que inviertan la energía y el vigor de sus años en actos que contribuyan al
desarrollo de la humanidad, jóvenes comprometidos, decididos a resistir a las
tentaciones y a rechazar las ofertas deshonestas, jóvenes cuyas
vidas emanen alegría, santidad, dispuestos a extenderle una mano al necesitado
y que realicen con dedicación y empeño su trabajo.
El pastor universal,
cree en los jóvenes, y reconoce su valor y prominencia en la
sociedad, por eso les hizo la invitación a seguir luchando, a no
cansarse de hacer el bien y a trabajar por un mundo más justo y más solidario.
En estos
tiempos, hace falta una renovación de mente y de corazón, hace falta
abrir los ojos ante tantos hechos que ocurren diariamente en nuestro
derredor, pidiéndonos que despertemos de letargo en el que nos
encontramos, tratando de hacernos salir de la pasividad y a actuar por una
mejor sociedad.
Uno de los mensajes que
ofreció el papa a los jóvenes reunidos en Aparecida, Brasil, procedentes
de América, Asia, Europa, África y Oceanía, fue: ¨Ante el desaliento que
podría haber en la vida, en quien trabaja en la evangelización o en aquellos
que se esfuerzan por vivir la fe como padres y madres de familia, quisiera decirles con
fuerza: Tengan siempre en el corazón esta certeza: Dios camina a su lado, en
ningún momento los abandona. Nunca perdamos la esperanza. Jamás la apaguemos en
nuestro corazón. El «dragón», el mal, existe en nuestra historia, pero no es el
más fuerte. El más fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza¨.
La decisión
es tuya, te animas a dar la milla extra, a sacrificarte por un mundo
mejor, o te quedarás de brazos cruzados observando cómo los anti valores consumen
una sociedad que se hunde en los vicios y la
indiferencia, o te decides a aportar tu granito de arena, recuerda que cambiar
el mundo, empieza por ti.